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http://www.youtube.com/watch?v=TRNFSYkkj_k

...Ha pasado tiempo...

...desde que tus ojos y los míos ya no se encuentran...es como querer atraparlos en un destello y luego dejarlos escapar para alcanzarlos...al cerrar los míos

Educador: detente y descubre la esencia de tu alumno

Dedicar unos minutos, todas las mañanas al inicio de la clase, para establecer contacto con nuestros alumnos significa descubrir cada vez un poco más de lo que hay en su interior y rescatar de allí parte de su historia personal: recuerdos, sentimientos, gustos, intereses, motivaciones, valores y sensaciones que nos ayudaran a conocerlos más allá de lo externo y de lo perceptible con nuestros sentidos. Me refiero a "descubrir la esencia de cada uno de nuestros alumnos" para ayudarlos en el aprendizaje diario, no sólo de los contenidos informativos, sino también de las habilidades sociales necesarias para el desenvolvimiento en la vida cotidiana y que apunta al desarrollo de los vínculos positivos y de las interrelaciones personales con sus pares, amigos, familia, vecinos y toda persona con la que establezcan algún tipo de vínculo. Educar las habilidades sociales, así como desarrollar la inteligencia emocional es de suma importancia para la vida, ya que utilizamos, gran parte de nuestras horas de vigilia, en el relacionarnos y vincularnos con otras personas. El educador o educadora está llamado a establecer un vínculo muy fuerte y especial con cada uno de sus alumnos, lo que se ve francamente menoscabado en la educación tradicional dónde el número de alumnos por curso es superior, muchas veces a los 40 niños, impidiendo el establecimiento de vínculos personales más profundos que favorecerían las relaciones interpersonales. El sentido de la educación es "la persona", más que la información o el contenido, el sentido de la educación debe ser "para el educador y educadora" el ayudar a descubrir la esencia de cada alumno y con ello facilitar su desarrollo integral, de manera que la actitud hacia los aprendizajes sea positiva y entusiasta.

Emoción y Aprendizaje

Vincular la emoción con los contenidos entregados, compartidos y programados por el educador, permite que en los alumnos se produzca el aprendizaje profundo y significativo, debido a que la información que pasa de la memoria de corto alcance a la de largo plazo, se realiza a través del sistema límbico, también llamado cerebro medio o cerebro emocional, que se encuentra inmediatamente bajo la corteza cerebral y que está constituído por varios centros cerebrales como el hipocampo, hipotálamo, tálamo y la amígdala cerebral, conocidos también como "centros de la afectividad". Lograr que los contenidos seleccionados por el profesor, que posteriormente serán entregados a sus alumnos, estén relacionados con vivencias positivas y experiencias reales, revestidas de emoción y sentimientos por parte de ellos, permitirá que la fijación de "los datos" sea efectiva y que se produzca así el aprendizaje. Es altamente recomendable que el profesor conozca a cada uno de sus alumnos de manera que pueda reconocer cuáles son sus intereses, motivaciones y emociones frente a determinados tópicos o contenidos, los cuales debieran ser propuestos, al menos en un porcentaje, por los propios alumnos de modo de asegurar que el nivel motivacional hacia el trabajo que se abordará no sea menor y asegure un buen inicio y contacto con los nuevos contenidos.

"Integración o exclusión"

Algunos de los colegios particulares privados de nuestro país, están adoptando la política de solicitar a los padres de niños y niñas "integrados" una cuota más alta de mensualidad o la presencia en el colegio " a jornada completa" de una persona o "mediadora" que parezca más bien la "sombra" del niño o niña "integrado-a", lo que dificulta que el profesor o profesora de aula regular se tome el tiempo de conocer en profundadidad a su alumno o alumna con necesidades educativas especiales asociadas a una discapacidad y a la vez no permite que "asuma" la responsabilidad del proceso educativo de ese alumno "integrado", lo cuál reviste una gravedad altísima.

El tema es mucho más profundo de lo que parece y pasa por la vocación del profesional de la educación y de sus condiciones tanto técnicas como personales.

Quién desee con el corazón ser "MAESTRO" y "EDUCADOR" asume la responsabilidad de sacar a todos y todas sus alumnos adelante y vé a los niños y niñas con necesidades educativas especiales como la posibilidad de renovación de su práctica pedagógica, quiénes generan cambios positivos en el proceso de enseñanza, ya que provocan en el educador o maestro el desarrollo de nuevas habilidades que tienen que ver, principalmente con la creatividad y la generación de nuevas estrategias que permiten no sólo el desarrollo en los niños y niñas con NEE sino de todo el grupo curso.

¿Crisis o desarrollo?

Lo que está sucediendo en la educación secundaria hoy en día es el síntoma de que las nuevas generaciones están creciendo, que los jóvenes están "viendo" lo que sucede alrededor y que en definitiva hay desarrollo. Enhorabuena comenzó a gestarse este movimiento estudiantil-social para remecer conciencias enquistadas y subyugadas al sistema imperante del lucro y del consumismo, donde lo importante es lo que se puede TENER y no lo que se puede SER. Donde el éxito se mide por la cantidad y no por la calidad, donde se le da prioridad al acumular cursos y capacitaciones y no a los conocimientos fundamentales que han de contribuir a la formación y desarrollo de los estudiantes. Aquí existe un problema de fondo, y es que el paradigma que sustenta esta época está en crisis y debe desaparecer para dar lugar a otro, que vuelva a considerar aspectos de la condición humana que están olvidados, como la espiritualidad y la voluntad, la capacidad de decidir y de elegir en plena condición de respeto y libertad, sin transgredir al otro sino que con el otro, para así generar cambios en conciencia y en sociedad, dejando de lado el individualismo, permitiendo que florezca la necesidad del estar en el y con el otro, para crear en conjunto estrategias y actividades que apunten al desarrollo de las habilidades de cada persona, que contribuirán, en definitiva, a una vida plena y satisfactoria, en resumen a una vida en felicidad.